Ermita de San Bartolomé
La ermita de San Bartolomé, es perteneciente a la comarca del Alto Mijares en Castellón. Es un lugar de culto declarado de modo »Genérico Bien de Relevancia Local, en la categoría de Monumento de interés local’‘, según la Disposición Adicional Quinta de la Ley 5/2007, de 9 de febrero, de la Generalitat, de modificación de la Ley 4/1998, de 11 de junio, del Patrimonio Cultural Valenciano (DOCV Núm. 5.449 / 13/02/2007), con código autonómico 12.08.130-002.
La ermita se encuentra a 8 kilómetros, aproximadamente, del Villahermosa del Río, donde se puede llegar por la carretera CV-197 en dirección Cortes de Arenoso, San Vicente de Piedrahita y Zucaina.
Fue construida entre finales del s. XIII o principios del s. XIV. Se trata de uno de los santuarios más monumentales de la comarca y posiblemente uno de los más populares. En la actualidad la zona se ha puesto en valor y se ha construido en sus alrededores cabañas rurales, así como un área recreativa con instalaciones como paelleros, mesas y bancos, agua potable, etc.
HISTORIA
Se sabe que en el año 1333 existía, en este lugar, un templo en honor a San Bartolomé.
De hecho, cuenta una leyenda que un pastor encontró la imagen del Santo escondida entre un zarzal, al que se acercó atraído por un extraño resplandor.
Es por ello que se construyó la ermita en el mismo lugar del hallazgo de la imagen. Pese a todo esto, el edificio que puede contemplarse en la actualidad data del siglo XVII, iniciándose su restauración en 1741 y acabándose en 1775, lo cual queda testimoniado por inscripciones existentes en la fachada y en la parte posterior del ábside.
En esta ermita estuvo residiendo, al final de su vida, el músico valenciano José Pradas Gallén (1689-1757) natural de Villahermosa y conocido como el Bach español que al fallecer fue enterrado allí.
DESCRIPCIÓN DE LA ERMITA
La casa del ermitaño está adosada a la ermita, y al otro lado, se construyó la hospedería sobre tres arcadas. Frente a ella, el conjunto se ve completado por otra edificación, que junto a las anteriores forman una plazoleta. Hay otra explanada, situada a nivel inferior, con un pórtico que antaño servía de refugio a las caballerías y que hoy se ha acondicionado como zona recreativa.
La ermita presenta la planta rectangular y techo a dos aguas, en la que destaca en la cabecera de la planta una cúpula asentada en un tambor poligonal, y rematada con tejas.
Externamente presenta una fachada sobria, con una puerta de acceso hecha de tablas de madera, con forma rectangular y adintelada con dovelas de sillar. Sobre el dintel se observa una hornacina abovedada, donde se sitúa la imagen policromada de San Bartolomé, titular de la ermita. Además se puede observar, una ventana destinada a dar iluminación al coro alto, que se sitúa justo a los pies de la ermita, sobre la puerta de acceso.
Por último, la fachada se remata con una espadaña de piedra de doble hueco con dos campanas, que fueron donadas por una vecina del pueblo, que se convirtió en monja de clausura, en Valencia para la congregación de las Clarisas.
Respecto a su interior, la nave se cubre con una bóveda, que queda interrumpida en la cabecera, donde se ubica el presbiterio, en la que se eleva la cúpula que se contempla externamente. Presenta una sobria decoración en blanco y adornos de dorado con cornisas y molduras discretas. La nave se divide mediante columnas en cuatro capillas por lateral, que antes de la Guerra Civil albergaban altares barrocos y pinturas del s. XVI, en la actualidad, las que se salvaron de los daños que la ermita sufrió durante la Guerra, se localizan en la parroquia para su protección, al igual que se hizo con los retablos góticos del s. XIV del denominado “Maestro de Villahermosa”.
Cabe destacar, por su valor histórico artístico, la imagen de San Bartolomé, del s. XIII, ya que es una de las más antiguas de las existentes en la Comunidad Valenciana. Muy similar a la de San Joan de Penyagolosa, es una talla policromada que impresiona por su ingenuidad, sencillez y belleza.
El original se guarda en la parroquia, mientras que la que se venera en el dorado altar del presbiterio de la ermita, adornada con una vistosa capa escarlata y escoltada por San Vicente y San Blas, es una copia de factura reciente que intenta preservar el espíritu de la original.
FESTIVIDADES
Las fiestas de San Bartolomé se celebran el 24 de agosto, organizándose una romería hacia la ermita desde la iglesia del pueblo con la imagen del santo titular.
En la ermita se oficia una celebración eucarística, pasándose el resto del día en la zona de los alrededores para regresar al pueblo por la tarde.
El 3 de febrero, también se visita esta ermita, esta vez para honrar al santo, San Blas. Posteriormente se celebra una subasta donde participa todo aquel que quiera.